Debido a los materiales con los que está constituida cada prenda, el reciclaje de ropa resulta necesario para combatir el calentamiento global. Cuando le damos una segunda vida a todo aquello que ya no usamos, ayudamos a reducir considerablemente el impacto medioambiental de los textiles. En SMV te informamos sobre cómo prevenir la generación de residuos textiles.

El primer paso es realizar un consumo responsable de estos productos. Algunos ejemplos para mejorar nuestros hábitos son:

  • Optar por prendas producidas con fibras recicladas.
  • Apostar por aquellas marcas comprometidas con el medio ambiente.
  • Comprobar la información de las etiquetas, las características de la prenda y su garantía de origen.
  • Comprar ropa de segunda mano. 
  • Elegir buenos materiales como el lino o el algodón orgánico, los cuales requieren menos agua y fertilizantes para crecer.

Comprender el proceso de producción nos hará aún más conscientes sobre el impacto de su huella de carbono. La fabricación inicial de materias primas puede contener recursos no renovables como el petróleo para producir fibras sintéticas; además, debemos tener en cuenta que los tintes que se utilizan para la producción final de la ropa pueden ser tóxicos para los trabajadores. Finalmente, el medio de transporte dependerá del país de origen en el que se hayan producido estas prendas, por mar o por aire, siendo esta la vía más contaminante.

El reciclaje de la ropa usada nos ayuda a prolongar la vida útil y su correcto cuidado no solo limita tu impacto en el medio ambiente, sino también un ahorro considerable de dinero:

  • Repara tu ropa y dale una segunda vida.
  • Haz lavados a sólo 30ºC y evita el uso de la secadora para ahorrar tanto agua como energía.
  • Elige detergentes con etiqueta ecológica para limitar la emisión de sustancias tóxicas a los océanos.

¿Qué debo hacer para reciclar lo que ya no uso?

A la hora de reciclar, podemos elegir entre distintas opciones dependiendo del fin que vayamos a darle a la prenda:

  • Vender la ropa usada: a través de aplicaciones o sitios web, depósitos de reventa o incluso ventas de garage.
  • Donar la ropa vieja: a asociaciones que se encarguen de su distribución a aquellas personas que más lo necesitan.
  • Programas de reciclaje de grandes marcas: cada vez son más las empresas textiles que promueven este tipo de iniciativas en los que tras un tratamiento en planta, todos los materiales de una prenda se reciclan y se reaprovechan.
  • Depositarla en contenedores de reciclaje o en puntos limpios: específicos para ropa y disponibles en la vía pública.
  • Reutilizar y customizar: utilizarlas como base para prendas distintas, modificarlas, etc.

Resulta habitual que en nuestros armarios acumulemos ropa que no vamos a volver a usar y que podrían ser de gran ayuda para gente que realmente la necesita. El poder darle una segunda vida no sólo es una solución sostenible y solidaria, sino que también contribuye a la creación de una economía circular.

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