¿Cómo es el proceso de reciclaje del vidrio?
¿Sabías que esa botella de vidrio o ese frasco usado pueden ser reciclados infinitas veces? A diferencia de otros materiales, la cadena de reciclaje del vidrio podría considerarse un “círculo perfecto”, siendo todo un ejemplo de economía circular y sostenibilidad, al mantener el 100% de sus propiedades iniciales tras su tratamiento.
El reciclaje de envases de vidrio supone grandes beneficios ambientales, ya que evita la extracción de materias primas de la naturaleza, fomenta el ahorro de energía y reduce las emisiones de CO2 a la atmósfera, contribuyendo a la puesta en marcha de una economía circular vinculada al objetivo número 12 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible establecidos por las Naciones Unidas sobre producción y consumo responsables.
¿Qué tipo de envases se pueden reciclar?
A pesar de su flexibilidad, debemos tener en cuenta que no todos los productos que llevan vidrio son reciclables, debido a que muchos de ellos están compuestos por materias primas que no se pueden reciclar y que en caso de intentarlo, podrían perjudicar todo el proceso. Para esto es importante saber:
Envases reciclables:
- Botellas de vidrio sin tapones
- Tarros de vidrio sin tapas
- Frascos de vidrio
Envases no reciclables:
- Cerámica
- Porcelana
- Vasos o copas
- Bombillas
- Espejos
¿Cuáles son las fases del reciclaje de vidrio?
El contenedor verde es el destinado para deshacernos de estos envases, los cuales deberán estar vacíos y limpios con el objetivo de facilitar el trabajo de los gestores de residuos para ser transportados a la planta de reciclaje.
Una vez allí, se separa y se clasifica el vidrio por color y elementos para posteriormente retirar todo el material diferente al vidrio. Tras su limpieza, este se pasa por una serie de tamices y martillos en donde se tritura hasta lograr el tamaño deseado para luego utilizar imanes para retirar los posibles vestigios de metal.
Tras ser procesados, los restos de vidrio triturado se denomina calcín. Este material posteriormente se calentará y se mezclará con arena, hidróxido de sodio y caliza para fabricar nuevos productos con idénticas propiedades al original.
En SMV ofrecemos la gestión de este tipo de residuos considerados no peligrosos. Nos encargamos de su recolección y valorización, avalados por la autorización 460/V/RNP/CV de la Consellería de Infraestructuras, Territorio y Medio Ambiente.
Además, contamos con una gran flota de camiones y contenedores de diverso tipo con el fin de adaptarnos a las necesidades de los clientes que requieran recolección de residuos, bien sean peligrosos o no peligrosos con el objetivo de desarrollar nuestras actividades con seguridad y profesionalidad.
Para más información sobre nuestros servicios, te invitamos a visitar nuestro sitio web a través del siguiente link.
10 preguntas frecuentes sobre el reciclaje de residuos
¿Sabías que han pasado más de 20 años desde que España ha instalado el primer contenedor amarillo? al día de hoy, todavía hay mucha gente que no conoce lo más esencial del reciclaje, o cree que casi nadie lo hace.
En SMV resolvemos las preguntas más comunes sobre el reciclaje, para que todos podamos tener un estilo de vida más sostenible en pos del cuidado del medio ambiente.
- ¿Cómo puedo deshacerme de un mueble o un electrodoméstico que no cabe en un contenedor?
Este tipo de residuos denominados “voluminosos” deben ser separados y destinados a las recogidas especiales, las cuales pueden ser:
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- En días señalados para dejarlos en los lugares que se indique: esta información suele estar disponible en las webs de cada Ayuntamiento o incluso, hay comunidades de vecinos que son notificadas por cartelería en portales.
- Previa llamada telefónica al 010: con el objetivo de poder coordinar con el Ayuntamiento un día/horario de recogida de estos enseres.
- Llevándolos a sitios que estén preparados para ello: en estos casos, se aconseja consultar previamente su ubicación, ya que arrojar este tipo de residuos en vías o espacios públicos puede suponer sanciones por parte de los Ayuntamientos.
2. ¿Qué significan los colores de los contenedores?
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- Contenedor amarillo: Destinado a envases de plástico (botellas de agua/refrescos, botes de productos de limpieza, envases de cosméticos, tapas y tapones de plástico, etc.).
- Contenedor azul: Para residuos de papel y cartón limpios (folios, libretas, periódicos, cajas, piezas de cartón como hueveras y tubos de papel higiénico/servilletas). No se debe arrojar papeles manchados o con restos orgánicos.
- Contenedor verde: En él podemos depositar residuos de vidrio (botellas y botes de refrescos, zumos, salsas, tarros y frascos de conservas/perfumes).
- Contenedor marrón: Destinado a almacenar residuos orgánicos como restos de comida, con los que se puede generar compost y biomasa. Como este contenedor no está disponible en muchas ciudades, este tipo de materias orgánicas se pueden depositar dentro del contenedor gris/verde oscuro.
- Contenedor gris/verde oscuro: Destinado a la basura doméstica que no dispongan de un contenedor específico (restos de alimentos, productos elaborados con materiales orgánicos como los tapones de corcho, etc.).
Existen además tres contenedores denominados “especiales”, como lo son el rojo para residuos tóxicos/peligrosos, el blanco para medicamentos caducados o el naranja para depositar el aceite doméstico, siendo estos los menos habituales de localizar en las ciudades.
3. ¿Qué se debe hacer con el papel aluminio? ¿Y con el transparente?
Estos residuos deben ser desechados en el contenedor amarillo, siempre que no estén manchados o con restos orgánicos. En caso de ser así, deberán ser arrojados en el contenedor gris.
4. ¿Qué tipos de productos se consideran no reciclables?
Existen distintos materiales cuyo reciclaje resulta mucho más difícil debido a su composición, falta de tecnología adecuada, baja demanda o escasez de recursos. Ejemplos de esto son:
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- Papeles: revistas y catálogos, celofán (papel de regalo), fotográfico, etiquetas autoadhesivas, etc.
- Vidrios: tubos fluorescentes, bombillas, espejos, gafas de ver y de sol, macetas y otros objetos de cerámica, etc.
- Textiles: telas impregnadas con distintos contaminantes como combustible o aerosoles.
- Metales y otros: sustancias tóxicas como aerosoles o pintura.
5. ¿Por qué los tetrabriks deben ir al contenedor amarillo y no al azul?
Aunque aparentan ser únicamente de cartón, debemos recordar que su interior está compuesto por aluminio y/o plástico, por lo que su proceso de reciclaje es distinto al del papel/cartón.
6. ¿Dónde debo arrojar las lentes de contacto desechables?
Al no ser biodegradables, debemos tener cuidado de no arrojarlas por el desagüe ya que podríamos contaminar las aguas con microplásticos. Las lentillas entonces tienen que ser desechadas en el contenedor gris de restos.
7. ¿Qué va en el contenedor orgánico?
Aunque este aún no está presente en todas las ciudades, los barrios y comunidades de algunos municipios, ya han comenzado a incluir este tipo de contenedores junto con otras iniciativas como la creación de zonas de compostaje.
En este contenedor debemos debemos echar restos de alimentos como cáscaras de huevo, papel de cocina usado, posos de café y todo aquello que tenga un origen natural no tratado o sea biodegradable.
Teniendo en cuenta esto, es importante que evitemos arrojar otros materiales como por ejemplo las compresas, pañales, cápsulas de café, restos textiles, entre otros.
8. ¿Dónde se deben descartar los aerosoles o los botes de pintura?
En caso de que estos sean de tamaño doméstico y no industriales, pueden ser depositados en el contenedor amarillo, siempre que estos estén vacíos del todo para evitar el desperdicio de sustancias tóxicas y derramamientos. En caso de no ser así, deberemos arrojarlos en el Punto Limpio más cercano.
9. ¿Qué significa la regla de las tres R?
La regla de las tres erres se ha creado para reducir la cantidad de residuos generados y minimizar la huella de carbono:
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- Reducir: simplificar o cambiar los hábitos de consumo como por ejemplo utilizando bolsas de tela al hacer la compra con el objetivo de evitar las bolsas de plástico.
- Reutilizar: darle una segunda vida a las cosas que ya no utilizamos, como los envases de vidrio que podemos utilizar para guardar conservas o las botellas de plástico que podríamos convertir en maceteros.
- Reciclar: transformar los distintos residuos junto con sus materiales en nuevos productos. Un ejemplo claro de esto es el reciclaje de papel, el cual es útil para evitar las consecuencias que puede suponer la tala de árboles en el ecosistema.
10. ¿Por qué es importante reciclar?
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- Además de ser beneficioso para el medio ambiente, el reciclaje nos permite utilizar menos materias primas para fabricar nuevos productos, evitando así la explotación de los distintos recursos naturales.
- Al reducir el uso de la energía, generamos menos CO2 y disminuyen los niveles de contaminación en el aire. De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), nuestra salud cardiovascular y respiratoria será mejor cuanto más bajos se mantengan estos niveles de contaminación.
- Reciclar también nos permite controlar el vertido de basuras domésticas o desechos procedentes de la industria, como los productos químicos agrícolas que están contribuyendo a contaminar algunos ríos del planeta.
- Por último, debemos destacar la creación y el mantenimiento de nuevos empleos que supone el proceso de reciclaje, el cual requiere de empresas y personas trabajadoras que recojan estos materiales y los clasifiquen.
Tomar conciencia sobre la importancia de la separación, recogida, y tratamiento de los residuos, es un paso imprescindible para su reciclaje y la obtención de mejoras en la sostenibilidad de nuestro planeta. Desde SMV te invitamos a visitar nuestro blog para estar al tanto de todas las tendencias y novedades del sector del reciclaje.
Reciclaje de productos especiales
¿Sabías que hay productos que resultan más complicados de reutilizar? Como ciudadanos, cada vez estamos más concienciados sobre en qué contenedor arrojar descartar ciertos productos como el papel, botellas u otros envases. Sin embargo, hay ciertos productos que pueden resultar “raros” y que generan dudas a la hora de desecharlos. En SMV te informamos sobre algunos de ellos:
- Bombillas: si bien estas han evolucionado con el objetivo de reducir el consumo eléctrico alargando su vida útil, su reciclaje dependerá del tipo de bombilla que estemos hablando. Las únicas bombillas que no se pueden reciclar son las incandescentes, ya que todas las demás (bajo consumo, LED, halógenas, etc.) pueden ser recicladas. A pesar de estar compuestas mayormente de vidrio, estas tienen distintos componentes que deben ser separados antes de tratarse. De esta manera, las bombillas deberán ir a un Punto Limpio más cercano.
- Aceite usado: se calcula que un litro de aceite usado contamina 1.000 litros de agua, además de provocar grandes atascos en las tuberías debido a sus grandes niveles de grasa. Al llegar a los ríos y mares, genera una película en la superficie afectando a los seres vivos que habitan en ellos. La mejor alternativa entonces es que sea descartado en puntos limpios como los contenedores urbanos, evitando así este impacto en nuestras ciudades y ecosistemas.
- Medicamentos: al igual que con el aceite, arrojarlos por el desagüe contamina la flora y la fauna de nuestros ríos y mares. Llevar los fármacos ya caducados a tu farmacia o a un punto limpio, supone la eliminación de los residuos más peligrosos, propiciando la conservación del medio ambiente.
- Chicles: resulta común que muchas personas arrojen los mismos a las aceras, sin tener en claro sus consecuencias. Su degradación resulta muy compleja, demorando varios años en desintegrarse por completo. Muchos de nosotros creemos que deben tirarse al contenedor amarillo, sin embargo, estas golosinas no se reciclan y deben ir al contenedor amarillo. A pesar de esto, ya hay quienes han empezado con algunas iniciativas en forma privada, encargándose de reciclar este material utilizándolo incluso para confeccionar suelas de zapatos.
- Discos de vinilo: a pesar de que estos están constituidos por un 98% de plástico, resulta importante que los desechemos en un punto limpio. A pesar de ello, no todos los puntos limpios los recogen, por lo que resulta fundamental que te informes antes de llevar los tuyos. Otra opción es llevarlos a tiendas de segunda mano en las que puedan aprovecharlos, en una época en la que han vuelto a estar muy de moda. En este caso, resulta fundamental saber que debemos evitar que estos lleguen a un vertedero, ya que en su degradación pueden ser muy perjudiciales para el medio ambiente al desprender estos químicos.
- Móviles viejos: para su correcto reciclaje, los puntos limpios son la mejor opción ya que estos se encargarán de la gestión de estos residuos. En caso de no tener un punto limpio cerca de casa, puedes llevarlo a una tienda de telefonía, ya que muchas de ellas cuentan con contenedores específicos para estos deshechos. Estos espacios serán encargados de trasladar los dispositivos a un gestor de RAEES, en donde procederán con su reciclaje separando las partes más delicadas y peligrosas como las baterías. Una vez separados todos los materiales, se obtendrán nuevas materias primas con las que se fabricarán nuevos dispositivos.
En SMV somos expertos en la gestión integral de todo tipo de residuos, por lo que te invitamos a visitar nuestro sitio web y a contactar con nosotros para mayor información sobre nuestros servicios.
Gestión de residuos en depuradoras
Uno de los principales objetivos de una planta depuradora de aguas residuales, es reducir la contaminación del agua para poder ser aprovechada tras su limpieza. Desde SMV te informamos en qué consiste y cómo es su funcionamiento.
En primer lugar, se considera agua residual a aquellas aguas contaminadas por la intervención humana o por procesos industriales. Ejemplos de esto resultan ciertas actividades diarias que ensucian el agua, como el lavarnos las manos, el uso de detergentes, lavar ropa, regar las plantas, etc.
Este agua que termina en las alcantarillas, contiene sustancias contaminantes y residuos orgánicos y es por esto que debe ser limpiada antes de ser devuelta al medio natural como son los mares y ríos.
Para poder eliminar este tipo de desechos, podemos recurrir a plantas tratadoras de aguas residuales, quienes ejecutan distintos procesos:
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- Primario: en esta primera etapa se remueven aquellos materiales que puedan ser sedimentados. Este proceso se obtiene mediante procesos físicos y químicos. Si el sedimento resulta muy tóxico o difícil de asentar, se debe dejar las aguas en distintos tanques con sustancias químicas fuertes para lograr que este proceso se acelere.
- Secundario: en segundo lugar, se procede a eliminar los desechos y sustancias que no se han podido remover en la primera etapa. Generalmente, este es un proceso que requiere un nivel más alto de sustancias químicas debido a que los microorganismos resultan casi invisibles. Esta etapa también se caracteriza por incluir tratamientos biológicos.
- Terciaria: en esta última etapa, se procederá a eliminar aquellos materiales nocivos como pueden ser los compuestos orgánicos, nitrógeno, fósforo, etc. Este proceso se lleva a cabo en las aguas residuales con origen industrial ya que resultan ser las más contaminadas.
El tratamiento de estas aguas produce residuos llamados lodos, mayormente líquidos y que concentran altos niveles de toxicidad. Las estaciones depuradoras de aguas residuales (EDAR) deben asegurarse de gestionar residuos medioambientales correctamente, ya que suelen ser difíciles de manejar y transportar, por lo que es importante que una empresa especializada se encargue de ellos.
Otro de los residuos ocasionados son los de desbaste los cuales son retenidos mediante rejillas donde se acumularán temporalmente hasta que sean trasladados al vertedero. Estos residuos están constituídos por materiales sólidos como aquellos urbanos o el papel.
En SMV contamos con certificaciones que nos avalan como empresa capacitada para la recogida de lodos, además de garantizar la correcta gestión de residuos de desbaste. Para más información sobre este servicio, te invitamos a visitar nuestro sitio web a través del siguiente link.
¿Dónde arrojar pilas y baterías?
En nuestro día a día, es habitual que muchas veces nos preguntemos dónde arrojar las pilas y baterías una vez que ya no las necesitamos. Aunque su composición es muy distinta y por lo tanto su duración también, desde SMV resolvemos tus dudas.
En primer lugar, cabe destacar que mientras las baterías pierden su carga eléctrica con el tiempo, en el caso de las pilas, estas conservan su carga eléctrica aunque no se utilicen. Sin embargo, las baterías tienen la capacidad de ser cargadas una y otra vez, siendo esta su principal diferencia frente a las pilas, como sucede con las baterías de los móviles. Un ejemplo de esto son las baterías de los móviles, las cuales tienen una vida útil de entre año y medio y dos años.
Un error muy común que cometemos, es tirar las pilas al cubo de la basura sin tener en cuenta que tanto las pilas como las baterías son reciclables, y que esto es sumamente recomendable al estar compuestas de metales y sustancias químicas que pueden ser tóxicas como el mercurio, el plomo o el cadmio. Además, el desecharlas junto con el contenido orgánico, implica que estas terminen en vertederos y que al descomponerse sean perjudiciales para la salud y el medioambiente.
Entonces, ¿Qué tipo de contenedor debo utilizar?
Entre las distintas opciones de reciclaje, destaca Ecopilas, una Fundación fundada en el año 2000 y que en la actualidad cuenta con más de 44.612 puntos de recogida repartidos por toda España. Su objetivo principal es el asistir a los productores sobre la gestión de los residuos derivados de estos productos al término de su vida útil.
Por otro lado, puedes comprobar también si tu comunidad autónoma cuenta con contenedores específicos para este tipo de residuos. Por ejemplo, en el caso de Madrid podemos encontrar dispositivos especialmente preparados para depositar las pilas en las marquesinas de las paradas de autobús. Además, la mayoría de las comunidades cuentan con contenedores de reciclaje distribuidos por la vía pública, lo cual resulta verdaderamente accesible.
Otra opción son los puntos limpios o en tiendas habilitadas como supermercados, estudios fotográficos o comercios de electrónica, una iniciativa que cada vez cobra más fuerza con una extensa red de establecimientos donde depositar pilas y baterías usadas.
Como última parte del proceso, sólo queda la duda de cómo se reciclan. Para esto, se debe hacer una correcta clasificación de los materiales que las constituyen dependiendo del tipo de pila o batería. Tras la recuperación de los metales y químicos, estos deben someterse a distintos tratamientos para poder reciclarlos y aprovecharlos en su totalidad para fabricar nuevas pilas y baterías o diversos tipos de productos eléctricos.
Para más información sobre dónde arrojar pilas y baterías y la posterior gestión de RAEES (Residuos de Aparatos Eléctricos y Electrónicos) que ofrecemos en SMV, te invitamos a contactar con nosotros a través del siguiente formulario.
¿Cómo se reciclan las cápsulas de café?
El café es la segunda bebida más consumida del mundo y de acuerdo a un estudio de 2017 de Cafés Novell, el 87% de la población española entre los 18 y los 64 años bebe café y un 70% lo hace a diario. Además, 7 de cada 10 personas lo prefiere en cápsulas, lo que supone el consumo de 40.000 toneladas de café al año.
En 2022 el consumo de café se ha incrementado en forma exponencial y, como consecuencia, se estima que cada año se desechan más de 7 mil millones de cápsulas de café compuestas de aluminio y plástico, materiales que demoran al menos un siglo en degradarse.
En este sentido, las grandes marcas ya han comenzado a tomar medidas con diversas campañas para fomentar el correcto reciclaje por parte de las plantas especializadas, con el objetivo de que estas sean debidamente tratadas y limpiadas. Esto supondría la separación de los materiales convirtiéndolos en otros objetos de uso diario o el poder reutilizar los restos de café como abono para las plantas.
Otra de las grandes alternativas que se están estableciendo en el mercado es el uso de cápsulas de café reutilizables, las cuales suponen para el consumidor un ahorro económico a largo plazo, además de fomentar el cuidado del medioambiente y reducir la contaminación.
Al día de hoy, este tipo de cápsulas recargables pueden adquirirse en cualquier supermercado o distintas tiendas de comercio electrónico. Cabe destacar que mientras las desechables están compuestas por aluminio, estas son de un material mucho más duradero como el acero inoxidable y el plástico reutilizable. Además, otro gran beneficio es que se adaptan fácilmente a los distintos modelos de máquinas de café que más se comercializan.
Si aún no te decides sobre el uso de las cápsulas reutilizables, desde SMV queremos aconsejarte sobre el correcto reciclaje de aquellas que no lo son. En caso de no contar con un punto limpio de recogida cercano, recuerda que no se deben mezclar los desechos orgánicos con los plásticos.
Para evitarlo, recomendamos que separes los restos que puedan quedar de café y enjuagues correctamente la cápsula para que esta pueda ser desechada en el contenedor amarillo destinado a envases metálicos y plástico. No es aconsejable arrojarlas en el contenedor gris, a menos que estas aún tengan un remanente de café después de utilizarlas o un servicio de recogida específico cerca de casa.
Para más información sobre la gestión y el tratamiento de este tipo de residuos, haz click aquí y contacta con nosotros para informarte sobre nuestros servicios.
¿Qué tipos de plásticos se pueden reciclar?
El plástico es uno de los materiales que más utilizamos en nuestro día a día y uno de los que mayor cantidad de residuos produce. Actualmente, su uso es muy diverso por disponer de una versatilidad que nos permite fabricar complementos de ropa, enseres de cocina o de higiene personal, muebles, elementos de decoración para el hogar, etc.
Generalmente los plásticos se fabrican con polímeros de resinas mezclados con sustancias que provienen del petróleo y que se moldean mediante presión y calor. Dependiendo de cómo sea este moldeado podemos obtener diferentes tipos de plástico que, a su vez, tienen distintas propiedades físicas y mecánicas (mayor o menor flexibilidad, dureza, capacidad de aislamiento, etc.). Del mismo modo, en función de sus propiedades sabrás qué plásticos se reciclan o no.
¿Cómo se recicla el plástico?
Antes de saber qué plásticos se reciclan has de entender el proceso de reciclado de los residuos plásticos: aunque es relativamente sencillo. El camino comienza en los contenedores amarillos, desde donde los plásticos se llevan a las plantas de selección.
Después, las piezas se clasifican por su composición y por sus color. No hay que olvidar que los residuos de plástico se rompen y trituran en pequeños trocitos o bolitas llamadas granzas que servirán como base para fabricar cualquier otro producto. Si todas las piezas son de la misma densidad y color, la elaboración de las granzas es más sencilla y barata ya que se ahorrará dinero en tintes.
Tras clasificar por composición y color, y antes del triturado, se retiran impurezas (como las etiquetas de papel) de los recipientes de plástico. El siguiente paso es el lavado y tratamiento y, una vez convertidas en granzas, vuelven a pasar por un segundo proceso de limpieza para que las impurezas más densas queden abajo.
El último paso del reciclado del plástico es el secado y centrifugado de las granzas que, completamente secas, se someterán al proceso de calor y moldeado para fabricar nuevos envases, embalajes, aparatos electrónicos, etc.
¿Sabes qué es el Código de Identificación del Plástico?
Prácticamente todos los plásticos pueden reciclarse. Sin embargo, los que están fabricados con materiales difícilmente separables, muy degradados por las condiciones atmosféricas, o muy pigmentados, no pueden reciclarse.
Para saber cuáles son los plásticos que se pueden reciclar y cuáles no es importante conocer los diferentes tipos de plásticos. Y como saber cuál es la composición del plástico a simple vista es muy difícil, tenemos que tomar como referencia el Código de Identificación Plástico.
El RIC (por las siglas en inglés de Resin Identification Code) nació en la Sociedad de la Industria Plástica de EEUU y se implantó en 1988 como un estándar de clasificación que, actualmente, es válido prácticamente en todo el mundo.
¿Cómo se interpreta este código? El RIC tiene un número identificativo que se corresponde con el tipo de resina con la que se ha fabricado el plástico en cuestión. Este número aparece dentro de un triángulo con esquinas redondeadas. Debajo de éste hay unas siglas identificativas del tipo de polímero usado en este proceso.
La información del RIC no indica que esa pieza se haya fabricado con plástico reciclado o que pueda reciclarse. Simplemente, sirve para el facilitar la separación.
¿Qué clases de plástico se pueden reciclar?
Actualmente son siete los tipos de plástico y seis los que responden a qué plásticos se reciclan con total seguridad:
- PET o PETE (Tereftalato de polietileno). Es un plástico transparente que se usa para fabricar botellas de agua o refrescos. Este plástico tiene buena resistencia al vapor y a los gases. Es uno de los plásticos más usados y reciclados.
- PE-HD o HDPE (Polietileno de alta densidad). Este plástico se utiliza para fabricar envases de lácteos, zumos, champú, perfume, detergentes, etc. Resiste bien la humedad y es muy duro.
- PVC (Policloruro de vinilo). Este plástico es rígido, duro y versátil, y se utiliza para embalar elementos no alimenticios.
- LDPE (Polietileno de baja densidad). El LDPE es muy flexible e impermeable al vapor. Se utiliza para fabricar bolsas de alimentos y de basura, botellas exprimibles o tapas flexibles.
- PP (Polipropileno). Se emplea sobre todo en la fabricación de utensilios de cocina, como por ejemplo platos de plástico para microondas, pajitas de bebida, cubiertos desechables, etc.
- PS (Poliestireno). Muy fácil de moldear, el poliestireno se usa para fabricar material electrónico y espuma de embalaje.
Por seguridad alimentaria, los plásticos con el número 2, 3, 5 y 6 no se pueden reciclar para obtener nuevos envases de comida. Además, en España el número 1 solo puede utilizarse para fabricar botellas de agua y de refrescos, siempre que el envase contenga un mínimo de un 50% de plástico no reciclado.
Por último, y con el número 7 y la letra O, se catalogan aquellos plásticos fabricados con la mezcla de varias resinas, entre ellas el policarbonato y el ABS (Acrilonitrilo Butadieno Estireno). Estos plásticos no pueden reciclarse.
Esperamos que esta guía te resulte de utilidad para saber qué tipos de plástico se puede reciclar de forma sencilla e intuitiva. Desde SMV nos encargamos de la recogida y transporte de residuos, incluido los desechos plásticos. Si necesitas este servicio, no dudes en contactarnos.
¿Qué son los residuos inorgánicos?
Se consideran residuos todos aquellos materiales o productos desechados. Los residuos pueden estar en cualquier estado físico (sólido, semisólido, líquido o gaseoso), siendo éste una de las claves para su depósito en los diferentes contenedores en Valencia. Existen varios tipos de residuos entre los que se incluyen los inorgánicos. Pero, ¿qué son los residuos inorgánicos y cómo es su tratamiento? En este artículo, desde SMV profundizaremos en los «desechos inorgánicos» y en su clasificación.
¿Qué son los residuos inorgánicos?
El significado de residuos inorgánicos hace referencia a todos aquellos materiales de desecho cuyo origen no es biológico. A diferencia de los orgánicos, desechos inorgánicos han sido fabricados en procesos industriales y artificiales. Por ejemplo, la cáscara de manzana es basura orgánica, pero las telas o los plásticos son materias fabricadas artificialmente y, por lo tanto, son residuos inorgánicos.
Los residuos inorgánicos tardan mucho tiempo en degradarse ya que no «se reintegran» en la naturaleza como ocurre con la gran mayoría de los residuos orgánicos. Algunos pueden hacerlo, pero tras el paso de los años y con la liberación de sustancias contaminantes nocivas para la salud y para el medioambiente. Por eso, muchos residuos inorgánicos están catalogados como residuos no biodegradables.
En todo caso, es importante recalcar que la gran mayoría de los residuos inorgánicos son reciclables y pueden volver a utilizarse en la cadena de producción y consumo.
Clasificación de los desechos inorgánicos
Podemos clasificar en una lista de residuos sólidos inorgánicos a:
Vidrio
Se trata de uno de los residuos inorgánicos con mayor potencia para ser reciclados, bien a través de la recogida selectiva en contenedores o por el uso de envases retornables. Además del ahorro, el reciclaje de vidrio es importante porque una acumulación masiva de este material no reciclado puede ser problemática.
Papel y cartón
Los residuos de papel y el cartón también son residuos inorgánicos con un alto porcentaje de reciclaje. Algunos pueden pensar que su origen es orgánico ya que proceden de la celulosa de los árboles. Sin embargo, en el proceso de transformación del papel se emplean muchos materiales (gomas, aditivos, colorantes) que dificultan su «reinserción» natural y cuyo vertido en ríos o suelos puede ser peligroso.
Chatarra
Alrededor del 3% de los residuos inorgánicos producidos son chatarra, es decir, basura doméstica formada por latas de conservas y refrescos, entre otros. La importancia de reciclar la chatarra es tal que permite contar con numerosos beneficios.
Envoltorios y envases
Prácticamente el 20% de la basura está compuesta son envoltorios y envases. Esto se debe a que los productos se “sobre-empaquetan”, lo que supone un aumento del número de residuos diarios que producimos.
Plásticos
Uno de los residuos inorgánicos más identificables y con mayor potencial de reciclaje. En este caso, reutilizar es fundamental, ya que la gran mayoría de estos residuos no se degradan. Los residuos plásticos suponen, aproximadamente, el 9% de los residuos urbanos.
Algunos ejemplos de basura inorgánica son:
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- Embalajes de celofán.
- Bolsas de plástico.
- Ropa de fibras sintéticas.
- Recipientes de PVC (bandejas, botellas, etc.)
- Pilas.
- Baterías.
- Tetrabricks.
- Botellas de cristal.
- Frascos de vidrio.
- Cartuchos de impresora.
- Cables rotos.
- Neumáticos.
Reciclaje de residuos inorgánicos: ¿es posible?
La pregunta que muchas personas se hacen es: ¿se puede reciclar la basura inorgánica? La respuesta es que sí. De hecho, casi todos estos residuos pueden volver a utilizarse.
Algunos consejos para reducir el consumo de material inorgánico o para reciclarla de manera eficiente son:
- Elige alimentos frescos. Los alimentos procesados llevan más envoltorios.
- Utiliza envases que puedas volver a utilizar.
- Instala filtros reutilizables en cafeteras y hornos.
- Intenta no romper los envases de vidrio, ya que éstos se reciclan por separado.
- Quita la tapa de los envases de plástico y comprímelos para reducir su volumen en el contenedor.
- Deja tus neumáticos usados en el taller en el que te los cambien para su mejor reciclaje.
Reciclar residuos inorgánicos es muy importante para reducir el consumo de energía y de materias primas. En SMV trabajamos para ofrecer su mejor gestión integral cumpliendo con la legislación vigente siendo conscientes de que la adecuada gestión y tratamiento de los residuos es responsabilidad de las empresas de recogida y transporte de residuos como la nuestra.
Si quieres contar con nuestros servicios, ¡contáctanos! Desde SMV nos encargaremos del tratamiento de residuos inorgánicos.
Dónde tirar los escombros: apuesta por la gestión de reciclado de materiales de construcción
Se consideran escombros aquellos desechos de una obra, un edificio que se cae /se derriba, o de una mina. Los escombros están compuestos por materiales muy variados, desde ladrillos a piedras pasando por hormigón, hierro o metal y cualquier. Es por ello que a veces surge la duda de dónde tirar los escombros.
Los responsables de recoger escombros y gestionarlos son las empresas o particulares encargadas de la obra o demolición. Tal y como establece la legislación, los escombros deben colocarse en un volquete/contenedor diseñado para tal fin y ubicado en los aledaños de la obra. El objetivo es facilitar la retirada de los escombros por parte de los servicios encargados de su recogida.
Gestión de residuos de construcción: tipos de escombros
Antes de explicar dónde tirar los escombros escombros, es importante saber qué los tipos de escombros que pueden generarse en una obra. Esto es muy importante porque, para hacer un buen reciclaje de los mismos, hay que clasificar previamente los escombros y retirar aquellos elementos que no deberán reciclarse con este conjunto (plásticos, vidrios, metales, etc.).
La gestión de los residuos de construcción y demolición (RDC), se realiza de acuerdo con lo establecido en el R.D. 105/2008 según en el artículo 3.a de la Ley 10/998 de 21 de abril.
Los RDC se organizan en tres grandes grupos:
- Residuos inertes. Residuos no peligrosos y que no experimentan transformaciones químicas, físicas o biológicas. Estos materiales no son solubles ni combustibles. Tampoco biodegradables, ni afectan negativamente a otras materias al entrar en contacto con ellas.
- Residuos especiales. Residuos de naturaleza potencialmente contaminante y que requieren tratamiento y control específico. Estos residuos están incluidos en la Directiva 91/689/CE, del 12 de diciembre.
- Residuos no especiales. Residuos de obras o demoliciones que no se clasifican ni como residuos inertes ni como residuos especiales.
¿Dónde tirar los escombros?
Los escombros suelen generarse en grandes cantidades y algunas piezas pueden tener dimensiones enormes, por lo que es inviable, incómodo, e incluso peligroso tirarlos en los contenedores “convencionales”.
Si te preguntas dónde tirar los escombros, hay dos opciones: en contenedores especiales o en un punto limpio.
Contenedores para tirar escombros
Los contenedores para el reciclaje de escombros se colocan en la vía pública. Cualquier persona física o empresa que tenga una licencia de obras (o una declaración responsable/comunicación previa de obras), puede solicitar su instalación para tirar sus escombros y sean recogidos posteriormente. La petición debe realizarse antes del comienzo de la obra para liberar el espacio en que se instalará el contenedor alterando lo mínimo posible el tránsito de peatones y vehículos.
Si los contenedores donde se tiran los escombros tienen partes salientes, deben estar identificadas con elementos reflectantes. Al final del día el contenedor se tapará para impedir que entre el polvo, que terceros tiren otro tipo de residuos (lo que dificultará el reciclaje de los escombros), y que se desprendan materiales.
Los escombros almacenados en el contenedor no deben sobrepasar las aristas superiores del mismo. Una vez alcanzado el volumen máximo, el responsable debe comunicar su retirada y sustitución (si procede) a una empresa homologada y especializada en un plazo inferior a 24 horas. Puedes consultar nuestro servicio de alquiler de contenedores de obra.
Reciclaje de escombros en el punto limpio
Muchas personas se plantean si es posible depositar escombros y chatarra en los puntos limpios. La respuesta es que sí, aunque depende del punto limpio y de su origen: si son escombros domésticos, sí; si son industriales, no.
La pregunta es cuánto escombro se puede tirar en un punto limpio. De hecho, la acumulación de escombros en estas zonas puede ocasionar problemas de espacio y de gestión, convirtiendo este lugar en una especie de “vertedero” sin control.
Como norma general, la cantidad de escombros de obra (azulejos, restos de cerámica, piedras, etc.) máxima que un particular puede depositar en un punto limpio no puede superar los 60 kilos.
¿Cómo se gestionan los residuos de la construcción?
Las empresas encargadas del alquiler de contenedores son las mismas que hacen la recogida de los escombros, para llevarlos a las plantas de reciclaje.
En una primera fase, los RCD se separan por volumen, materiales y densidad. Después, un potente imán atrae los restos férricos antes de la clasificación manual, donde varios operarios especializados inspeccionan los materiales y los separan.
La fase final del proceso de reciclaje de escombros es la trituración, más o menos intensa en función del uso que se le vaya a dar a cada partida.
En cualquier caso, el reciclaje de escombros siempre es positivo y permite obtener nuevos materiales de construcción de manera sostenible y respetuosa con el medioambiente.
Tener un buen plan de reutilización y aprovechamiento de desechos es muy importante para las empresas que generan escombros.
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Diseño con elementos reciclados: la nueva tendencia a la que te puedes sumar
La arquitectura, el diseño y la construcción consumen una gran cantidad de recursos y generan muchos desechos: se calcula que solo en las últimas dos décadas el sector de la construcción europeo ha provocado alrededor de un 36 % de las emisiones de CO₂, ha utilizado casi un 60 % del total de las materias primas y ha generado miles de toneladas de residuos sólidos.
Este es uno de los principales motivos por los que estos tres sectores deben estar en continuo desarrollo, creando estrategias y utilizando recursos que disminuyan su impacto ambiental.
Por ejemplo, algunas pautas para garantizar el reciclaje en el ámbito de la construcción son:
- Reutilizar edificaciones antiguas asegurando su durabilidad e integración con la nueva arquitectura.
- Introducir materiales, productos y tecnologías adecuadas al clima y a la orientación de cada edificio para mejorar su autonomía energética.
- Cerrar los ciclos de residuos generados reconstrucción y demolición (RCD), posibilitando así su reciclaje.
- Realizar un tratamiento responsable del ciclo del agua.
- Integrar las nuevas edificaciones en ecosistemas naturales gracias a la introducción o regeneración de soportes para especies vegetales.
Diseño de objetos con materiales reciclados: 5 ejemplos interesantes
Las materias primas recicladas también pueden utilizarse para el diseño de muebles o para la fabricación de objetos de decoración y complementos de moda.
En este caso, no se trata de reutilizar materiales que se encuentren prácticamente rotos o destrozados, sino de aprovechar materiales que todavía pueden sernos útiles para darles una segunda vida consiguiendo diseños innovadores y atractivos estéticamente.
Algunos ejemplos que pueden servirte como inspiración son:
Bolsos con cartón reciclado
El papel y el cartón son materiales que podemos reciclar completamente, incluso en nuestra propia casa, ya que el proceso es bastante sencillo.
También existen recicladoras de cartones automáticas que convierten este material en una malla con textura unida, esponjosa y elástica a la que podemos dar muchos usos como elemento de relleno o protección.
Con cartón y papel reciclado podemos fabricar complementos como bolsos y carteras, tal y como se promueve desde la asociación internacional Fair Trade de comercio justo.
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Lámparas con plástico y metal
El diseño de lámparas recicladas es todo un arte.
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Una de sus principales ventajas es que podemos fabricar lámparas prácticamente con todo tipo de materiales, lo que nos ofrece posibilidades infinitas: solo necesitamos un poco de imaginación y encontrar un diseño que encaje con nuestro estilo.
Podemos decorar una lámpara con botones que tenemos en casa y que ya no usamos por estar pasados de moda. También podemos diseñar lámparas con plásticos reutilizados como botellas, bidones, pajitas o cucharillas.
Para hacer lámparas recicladas con papel, podemos optar por usar tubos de cartón o antiguos libros, mientras que si queremos dar un toque "retro" a una habitación, existen diseños de lámpara utilizando CD´s o antiguos casetes de música.
Para viviendas con un toque industrial, una buena idea es apostar por reutilizar materiales metálicos como ruedas de bici o menaje del hogar como ralladores, ollas viejas, coladores e incluso fragmentos de tuberías.
Muebles con madera reciclada
Los muebles diseñados con madera reciclada han sido una de las tendencias decorativas de los últimos años y han copado portadas de las revistas de moda del hogar.
La madera de palet es muy fácil de manejar, altamente resistente y ofrece mucha versatilidad, por lo que podemos usarla para la fabricación de todo tipo de muebles para interiores y exteriores, entre ellos sofás, mesas auxiliares, escritorios, sillas, cabeceros para cama o estanterías.
Objetos decorativos
El reciclaje tiene un papel cada vez más importante en la decoración de viviendas y oficinas.
Por ejemplo, podemos utilizar prácticamente cualquier objeto que sea un recipiente (un tarro de cristal, unas botas de gota, una caja de madera, unas botellas de plástico, etc.) como macetero.
Otra idea: los tapones, tanto de corcho como de plástico, pueden servirnos para crear paneles decorativos o separadores de espacios de trabajo, aportando a partes iguales funcionalidad y colorido.
¿Un último consejo? Utiliza una escalera antigua a modo de estantería en la que puedas colocar material de oficina, libros, zapatos o plantas.
Joyas y complementos
Si hablamos de diseño de objetos con materiales reciclados no podemos olvidarnos de las joyas y de los complementos de moda como anillos, pendientes, pulseras, etc.
Por ejemplo, podemos fabricar pulseras con anillas de latas de refresco, o utilizar las letras de un antiguo teclado para hacernos unos pendientes o unos anillos personalizados.
Las llaves antiguas son perfectas para diseñar collares, mientras que con los tenedores y cucharas metálicas que ya no usamos podemos diseñar bonitos brazaletes.