El cambio climático es una realidad para todos alrededor del mundo. Además, sus efectos cada día son más notables. Desde las lluvias torrenciales hasta las sequías extremas, sus efectos son palpables en cada rincón del país. En este Día Mundial contra el Cambio Climático, desde SMV queremos resaltar la importancia de abordar esta problemática y reconocer las innovaciones y técnicas que se están desarrollando para hacer frente a la crisis climática.

Además, queremos destacar que nuestro compromiso con el medio ambiente debe ir más allá de un día en el calendario. Es esencial comprender el papel que cada uno de nosotros jugamos en esta lucha. Para ello, en este artículo, analizamos las medidas más novedosas y las estrategias emergentes que están marcando la diferencia. Además, conoceremos cómo certificaciones como las EMAS garantizan una acción medioambiental efectiva y comprometida.

¿Qué es el cambio climático?

El cambio climático se puede entender como una alteración significativa y persistente de los patrones tradicionales del clima en una región o el planeta en su totalidad. Si bien algunas de estas variaciones pueden tener causas naturales, como erupciones volcánicas o variaciones solares, en las últimas décadas la acción humana ha emergido como el principal factor impulsor de estos cambios.

Desde los albores de la revolución industrial, hemos dependido en gran medida de los combustibles fósiles, como el carbón, el petróleo y el gas natural. Estos, al quemarse, liberan grandes cantidades de gases de efecto invernadero, como el dióxido de carbono y el metano. Estos gases actúan como un manto alrededor de nuestro planeta, atrapando el calor y provocando un aumento gradual de las temperaturas, fenómeno conocido como el efecto invernadero.

Sectores como el transporte, la industria, la construcción, y la agricultura han contribuido significativamente a la emisión de estos gases. Para contextualizar, las emisiones globales de dióxido de carbono se han incrementado en alrededor del 50% desde 1990. Como resultado, la temperatura global ha experimentado un alza de aproximadamente 1,1 ºC desde el final del siglo XIX.

Este incremento puede parecer mínimo, pero sus repercusiones son monumentales. Ya estamos siendo testigos de fenómenos extremos más frecuentes: sequías prolongadas, incendios más intensos, deshielo acelerado en las regiones polares, ascenso del nivel del mar y eventos climáticos extremos, como huracanes e inundaciones, que afectan a comunidades enteras.

¿Por qué se celebra un día contra el cambio climático?

Los efectos del cambio climático repercuten de manera directa en nuestras vidas, afectando la salud, la producción de alimentos y, en general, nuestra manera de vivir. Imagina un futuro donde millones de personas se vean forzadas a desplazarse debido a sequías extremas o al incremento del nivel del mar. De hecho, según proyecciones del Banco Mundial, esta no es una mera suposición: para 2050, podríamos ver a 216 millones de personas migrando debido a las consecuencias del cambio climático.

Frente a este panorama, es lógico preguntarse sobre la importancia de conmemorar un Día Internacional contra el Cambio Climático. Este día no sólo busca concienciar sobre el alcance de los desafíos que enfrentamos, sino también reafirmar que el cambio climático es un fenómeno que nos afecta aquí y ahora.

Las advertencias son claras. Un informe de 2018 de las Naciones Unidas destaca la necesidad de limitar el aumento de la temperatura global a 1,5 ºC para preservar un clima estable. Pero el tiempo pasa y el 2030 se perfila como una fecha crítica para implementar acciones decisivas que frenen los peores escenarios del cambio climático.

Con el paso de los años, se han establecido iniciativas y acuerdos fundamentales para abordar este desafío. En 1988, se fundó el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), entidad que guía con sus informes la acción global en esta materia. A su vez, acuerdos como el de París y la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático establecen estrategias claras: reducir emisiones, adaptarnos a los cambios climáticos ya existentes y asegurar financiamiento para estas acciones.

Por tanto, el Día Internacional contra el Cambio Climático, celebrado el 24 de octubre, no es una simple fecha en el calendario. Es un llamado a la acción, una pausa para la reflexión y un recordatorio de que la lucha contra el cambio climático es responsabilidad de todos.

¿Cómo las certificaciones EMA garantizan una acción medioambiental efectiva?

Las certificaciones EMA (Evaluación Medioambiental) son un reconocimiento otorgado a empresas y organizaciones que cumplen con estándares rigurosos en la gestión y cuidado medioambiental. Estos estándares aseguran que la entidad certificada ha adoptado prácticas sostenibles, contribuyendo activamente a la preservación del medio ambiente. Pero, ¿cómo estas certificaciones aseguran una acción concreta y efectiva en el terreno medioambiental?

  • Establecimiento de criterios claros: Las certificaciones EMA definen parámetros claros sobre lo que se considera una gestión medioambiental adecuada. Esto implica, por ejemplo, el uso eficiente de recursos, la reducción de emisiones o la implementación de procesos eco-amigables.
  • Auditorías y revisiones: Una vez que una organización obtiene la certificación EMA, no se trata de un pase libre de por vida. Existen revisiones y auditorías periódicas que aseguran el cumplimiento continuo de los estándares establecidos, obligando a las entidades a mantener y mejorar sus prácticas sostenibles.
  • Reconocimiento público: Las certificaciones funcionan como un sello de garantía para clientes y stakeholders. Las organizaciones certificadas pueden usar esto como un distintivo que demuestra su compromiso real con el medio ambiente.
  • Incentivo para la mejora continua: Al tener que renovar y validar la certificación periódicamente, las organizaciones tienen un incentivo constante para seguir mejorando sus prácticas y adaptarse a nuevos desafíos medioambientales.

Dentro de este marco, SMV se ha destacado por su compromiso con la sostenibilidad. Pues al obtener y mantener certificaciones EMA, no sólo demuestra su responsabilidad medioambiental, sino que también se posiciona como líder y referente en el sector. La adopción de prácticas avaladas por estas certificaciones garantiza que SMV opera con la máxima eficiencia, minimizando su huella ecológica y fomentando un entorno más limpio y sostenible para Valencia y sus alrededores.

¿Qué puedes hacer para frenar el cambio climático?

Todos tenemos un papel en la lucha contra el cambio climático que debemos cumplir. Aunque las soluciones a gran escala son esenciales, cada acción individual suma y juntos, podemos marcar una diferencia significativa. A continuación, te ofrecemos algunas medidas que puedes adoptar en tu vida diaria para contribuir a esta causa global.

Reduce, reutiliza y recicla

La famosa regla de las 3R. No sólo reduce la cantidad de residuos que enviamos a vertederos, sino que también disminuye la necesidad de extraer y procesar nuevos recursos naturales.

  • Reduce el consumo innecesario. Compra sólo lo que necesitas y evita los productos con envases excesivos.
  • Reutiliza siempre que sea posible. Antes de desechar algo, piensa si puede tener un segundo uso o si alguien más podría necesitarlo.
  • Recicla tus residuos siguiendo las indicaciones de tu localidad. Esto permite convertir materiales viejos en nuevos productos, ahorrando energía y recursos en el proceso.

Reduce emisiones de dióxido de carbono

El dióxido de carbono es uno de los principales gases de efecto invernadero. Puedes reducir tus emisiones personales de CO2 de varias formas:

  • Opta por transporte público, bicicleta o caminar en lugar de utilizar siempre el coche.
  • Si tienes vehículo, considera modelos híbridos o eléctricos.
  • Planta árboles, aunque suene a chiste, la reforestación es esencial ya que los árboles absorben dióxido de carbono.

Ahorra energía

El uso eficiente de la energía reduce la demanda de recursos no renovables y disminuye las emisiones contaminantes.

  • Apaga luces y desconecta aparatos que no estés utilizando.
  • Usa bombillas de bajo consumo y electrodomésticos con etiqueta energética A.
  • Aísla tu vivienda para mantenerla caliente en invierno y fresca en verano, reduciendo el uso de calefacción y aire acondicionado.

Elige producto local

Comprar productos locales no sólo apoya la economía de tu comunidad, sino que también reduce las emisiones derivadas del transporte de mercancías.

  • Prefiere productos de temporada y proximidad en tu alimentación.
  • Apoya a los productores y comerciantes locales, quienes suelen tener prácticas más sostenibles y menos industriales.

Evita el plástico en la medida de lo posible

El plástico es uno de los principales contaminantes de nuestros océanos y puede tardar cientos de años en degradarse.

  • Utiliza bolsas reutilizables al hacer la compra.
  • Evita productos con envoltorios de plástico excesivo.
  • Prefiere envases de vidrio, metal o cartón, que son más fácilmente reciclables y menos dañinos para el medio ambiente.

Estos son sólo algunos pasos que puedes seguir. Recuerda que cada pequeña acción cuenta y que, juntos, podemos construir un mundo más sostenible y respetuoso con nuestro planeta.