El plástico es uno de los materiales más contaminantes del planeta: los millones de toneladas de residuos plásticos producidos a lo largo de los años tardan mucho tiempo en desaparecer, y la mayoría terminan en mares y océanos, donde se acumulan conformando alrededor del 80% del total de la basura vertida en el mar. 

Pongamos un ejemplo práctico: una sola bolsa de plástico, como las que utilizamos para hacer la compra, tarda en descomponerse una media de 150 años.

Este es uno de los motivos que ha llevado a los Gobiernos y a la industria a apostar con fuerza por los materiales «biodegradables», desarrollados con productos orgánicos que pueden descomponerse de manera natural en un plazo de tiempo relativamente corto. 

Entre estos materiales destacan los llamados «bioplásticos», derivados de fuentes de biomasa renovables como grasas, aceites vegetales, almidón de maíz o desechos de alimentos. 

Algunos de estos bioplásticos están hechos con ácidos polilácticos (PLA) presentes en plantas como maíz y caña de azúcar, y otros de polihidroxialcanoatos (PHA) producidos a partir de microorganismos. 

¿Qué son las bolsas de basura biodegradables? 

Las bolsas de basura biodegradables se hacen con materiales de biodegradabilidad rápida. Algunos ejemplos son las bolsas que se utilizan para recoger las heces de los perros o las que se fabrican con almidón de maíz o con almidón de patata. 

La principal característica de las bolsas biodegradables es que pueden descomponerse en elementos químicos naturales por la acción de agentes biológicos como bacterias, plantas o animales. También al estar en contacto con el agua, el aire o la luz solar. 

Para ser consideradas biodegradables, las bolsas de basura deben cumplir la norma UNE-EN 13432, que garantiza que el material con el que están confeccionadas se convertirá en nutrientes o en biomasa.

El motivo es que, algunas bolsas, a priori biodegradables, incluyen (aunque en proporciones prácticamente imperceptibles), derivados del petróleo y metales pesados como el cadmio, el plomo y el berilio.

Por este motivo, estas bolsas deben depositarse siempre en el contenedor de resto o basura genérica. 

¿Cuál es la diferencia entre una bolsa biodegradable y una compostable?

Las bolsas compostables están fabricadas con fécula vegetal y no producen residuos tóxicos. 

Esto quiere decir que se degradan biológicamente de manera natural, produciendo dióxido de carbono, agua, compuestos inorgánicos y biomasa, y sin dejar residuos visibles o distinguibles en este proceso.

Cuando las bolsas compostables son degradadas por la acción del hombre, se convierten en compost o en abono orgánico, un recurso muy útil y de calidad. El tiempo que un material tarda en ser compostado depende de los organismos descomponedores que participan en el proceso (aire, bacterias, temperatura, etc.).

Debido a su composición, las bolsas compostables pueden depositarse en el contenedor marrón, también llamado «de compostaje» o de residuos orgánicos. 

Por tanto, la diferencia entre una bolsa biodegradable y una compostable está en el material con el que se fabrica. 

Además, recuerda que, aunque todos los materiales compostables son biodegradables, al contrario no ocurre lo mismo, ya que no todos los materiales biodegradables son compostables

Otro tipo de bolsas “eco” que utilizamos en nuestro día a día

Dentro del compromiso internacional para reducir el consumo de plástico, desde el 1 de julio de 2018 está prohibida la entrega gratuita de bolsas de plástico en comercios y tiendas de nuestro país. 

Además, desde el año 2020, las bolsas gruesas deben contener al menos 50% de plástico reciclado, quedando prohibidas las de plástico fragmentable. 

En 2021 también se han prohibido las bolsas de plástico ligeras y muy ligeras, salvo que sean bolsas compostables. 

Todos estos aspectos relacionados están recogidos en el Real Decreto 293/2018, de 18 de mayo, sobre reducción del consumo de bolsas de plástico y por el que se crea el Registro de Productores.

De manera genérica, la recomendación general es que, si tenemos que usar bolsas de un único uso, sean bolsas compostables, pues son las menos dañinas para el medioambiente.

Otros tipos de bolsas

  1. Degradables, oxodegradables o fragmentables. Aunque están fabricadas con petróleo, este tipo de bolsas llevan un aditivo que acelera su degradación al entrar en contacto con la luz o con el oxígeno
  1. Reutilizables. Dentro de este grupo encontraríamos las bolsas de nylon, tela y otros materiales resistentes, y que son una muy buena opción para nuestras hacer nuestras compras. Las bolsas tradicionales de polietileno, con un porcentaje de PET reciclado y un grosor mayor, pese a ser de plástico, tampoco son una mala alternativa, ya que podemos usarlas muchas veces reduciendo su impacto en el entorno. 
  1. Recicladas. Se trata de bolsas de plástico y de otros materiales fabricadas a partir de residuos reciclados. Esto no quiere decir que sean biodegradables o compostables. Simplemente, que se fabrican aprovechando recursos ya consumidos, lo que contribuye a reducir la huella ecológica en el planeta.

Esperamos haberte sido de gran ayuda para resolver tus dudas entre las bolsas compostables y las biodegradables.