Durante muchos años los cd (compact disc) han sido una herramienta fundamental para almacenar y utilizar información en medios informáticos. De hecho, prácticamente todos tenemos en nuestra casa discos de nuestros grupos de música, videojuegos o películas en este formato.

Sin embargo, los nuevos soportes para guardar información (por ejemplo las memorias USB), o los sistemas de almacenamiento en la nube (accesibles desde cualquier lugar, más prácticos y con mayor capacidad) han hecho que los CD sean cada vez menos comunes y que, en muchos casos, nos planteemos deshacernos de ellos porque ya no los utilizamos.

A partir de ahí surgen algunas preguntas: ¿Qué hacer con los CD usados? ¿Pueden reciclarse una vez han sido usados? ¿En qué contenedor se depositan?

Qué hacer con los CD usados: de qué están compuestos

Todos los compact disc, tanto los CD como los DVD, son discos con un grosor de 1,2 milímetros cuyo principal componente es policarbonato de plástico, al que se le añade una capa reflectante de aluminio. Esta capa tiene como objetivo proteger los datos y reflejar la luz del láser en rango espectro infrarrojo que, aunque inapreciable a simple vista, es fundamental para la lectura del CD. La capa de aluminio se refuerza con una protección de laca. Ocasionalmente, la parte superior de los CD se etiquetan usando serigrafía o impresión Offset.

En el caso de los CD-R (discos compactos grabable) y los CD-RW (discos compactos regrabables), se utilizan aleaciones de oro o de plata que, por su ductilidad, permiten a los láseres de baja frecuencia trabajar sobre ellos, algo que no pueden hacer sobre el aluminio.

Con esta información, sabemos que los CD convencionales contienen un gran porcentaje (más del 90%) de un tipo de plástico, concretamente policarbonato, un material valioso que puede reciclarse. El resto de componentes (aluminio, lacas, elementos serigrafiados, etc.), pueden ser muy tóxicos para el medio  ambiente si no gestionan adecuadamente.

¿En qué contenedor se depositan los CD usados?

Es importante saber qué hacer con los CD usados, ya que debido a su alto porcentaje de plástico, muchas personas piensan que los CD usados se reciclan en los contenedores amarillos junto con los bricks y las latas. Esto es un error frecuente reciclando grave porque este tipo de contenedores sólo aceptan “envases” de plástico. Esto quiere decir que, teóricamente, en este contenedor podrías dejar la caja en la que guardas tus discos o películas en CD. Otros materiales (libretos, carátulas, etc.), si son de papel y cartón, podrías depositarlos en el contenedor azul.  Pero el disco como tal no podrías dejarlo en ninguno de ellos.

El lugar correcto para depositar tus CD usados, viejos o inservibles son unos contenedores específicos. El problema es que, al igual que ocurre con los contenedores de pilas o de aceite doméstico usado, este tipo de recipientes todavía no están homogeneizados y únicamente los encontramos en algunos comercios (grandes superficies, tiendas de informática, etc.), en los ayuntamientos o integrados en el mobiliario urbano (por ejemplo en las paradas de autobuses).

Si no sabes qué hacer con tus CD usados o no encuentras su contenedor, nuestro consejo es que los deposites en tu punto limpio más cercano, donde serán gestionados para su reciclaje. De hecho puedes aprovechar tus visitas periódicas al punto de limpio para deshacerte de residuos que no mezclamos con nuestra basura cotidiana (residuos tecnológicos, pinturas, tejidos, utensilios de cocina, pilas, etc.) y dejar allí tus viejos CD y DVD.

Cómo se reciclan los CD y DVD

Una vez ya sabes qué hacer con los CD usados y te has deshecho de ellos, el proceso de reciclaje a nivel industrial es sencillo. El primer paso consiste en separar los discos de sus estuches, que se reciclan de forma diferente (normalmente como plástico convencional). La segunda fase sirve para separar el resto de materiales del policarbonato.

Para limpiar el policarbonato de tintes, adhesivos o restos de metal los CD se introducen en una trituradora donde se rompen y lavan. Después se secan mediante volteos. Una máquina extrusora hace el reciclaje mecánico: el policarbonato, limpio y seco, se calienta hasta su punto de fusión hasta tomar la forma de una especie de «hilo continuo» que, una vez frío, se corta en pequeñas partes del tamaño de una lenteja (granceado).

Estas pequeñas partes de policarbonato se embalan y envían a diferentes industrias donde encuentran una nueva vida como materia prima para la fabricación, entre otros elementos, de gafas, estuches para joyas o material de ofimática.

El proceso de reciclaje de los CD es interesante tanto desde el punto de vista económico como ambiental, ya que permite ahorrar energía y petróleo, que es la materia prima que permite obtener  muchos materiales derivados del plástico.

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